domingo, 3 de noviembre de 2013

Juan en el cielo, (Ap.4:1-11)

1. Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas. 

2. Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. 3. Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda.4. Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas. 5. Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.6. Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás. 7. El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando.8. Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. 9. Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10. los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: 11. Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.




Fuente: La Biblia

viernes, 20 de septiembre de 2013

La Batalla de Armagedón, (Ap.16:12-21)

"El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Eufrates; y el agua de éste se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente.
Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso. 

He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza. 
Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón.
El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está. 
Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra. 
Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira.
Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados.
Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande".


Bibliografía: Biblia de Estudio de Profecía por Tim LaHaye.

Jerusalén y las naciones, (Zac.14:1-21)

"He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos. 
Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad. 
Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. 
Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. 

Y huiréis al valle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis de la manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Uzías rey de Judá; y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos. 
Y acontecerá que en ese día no habrá luz clara, ni oscura. 
Será un día, el cual es conocido de Jehová, que no será ni día ni noche; pero sucederá que al caer la tarde habrá luz. 
Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno. 
Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre. 
Toda la tierra se volverá como llanura desde Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén; y ésta será enaltecida, y habitada en su lugar desde la puerta de Benjamín hasta el lugar de la puerta primera, hasta la puerta del Angulo, y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey. 
Y morarán en ella, y no habrá nunca más maldición, sino que Jerusalén será habitada confiadamente. 

Y esta será la plaga con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua se les deshará en su boca. 
Y acontecerá en aquel día que habrá entre ellos gran pánico enviado por Jehová; y trabará cada uno de la mano de su compañero, y levantará su mano contra la mano de su compañero. 
Y Judá también peleará en Jerusalén. Y serán reunidas las riquezas de todas las naciones de alrededor: oro y plata, y ropas de vestir, en gran abundancia. 
Así también será la plaga de los caballos, de los mulos, de los camellos, de los asnos, y de todas las bestias que estuvieren en aquellos campamentos. 
Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos.

Y acontecerá que los de las familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia. 
Y si la familia de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no habrá lluvia; vendrá la plaga con que Jehová herirá las naciones que no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos. 
Esta será la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las naciones que no subieren para celebrar la fiesta de los tabernáculos. 
En aquel día estará grabado sobre las campanillas de los caballos: SANTIDAD A JEHOVÁ; y las ollas de la casa de Jehová serán como los tazones del altar. 
Y toda olla en Jerusalén y Judá será consagrada a Jehová de los ejércitos; y todos los que sacrificaren vendrán y tomarán de ellas, y cocerán en ellas; y no habrá en aquel día más mercader en la casa de Jehová de los ejércitos". Amén.


Bibliografía: La Biblia

miércoles, 18 de septiembre de 2013

El juicio de la ramera

Juan representa claramente el juicio sobre este sistema corrupto cuando dice: "Y los diez cuernos que vistes en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejará desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego; porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumpla la palabra de Dios", (Ap.17:16-17).

La bestia, que será dominada por el sistema de la ramera (Ap.17:3), se levantará contra ella y la destruirá a ella y su sistema completamente. Sin duda alguna, el sistema de la ramera estaría en competencia con el culto religioso de la bestia, promovido por el falso profeta, y su destrucción se lleva a cabo para que la bestia pueda ser el único objeto de falsa adoración por cuanto declara que es Dios.





Bibliografía: Eventos del Porvenir por J. Dwight Pentecost

martes, 17 de septiembre de 2013

La identidad de la ramera

Hislop, en su libro cuidadosamente documentado, The Two Babylons (Las dos Babilonias), traza la relación existente entre la Babilonia antigua y la doctrina y práctica del sistema de la ramera, llamada Babilonia misteriosa. Ironside señala el mismo desarrollo cuando escribe:
"Esta mujer es un sistema religioso, que domina el poder civil, al menos por un tiempo. El nombre que tiene sobre su frente debe permitirnos identificarla fácilmente. Pero para poder hacer eso haremos bien en regresar a nuestro Antiguo Testamento, y ver lo que allí se  revela con respecto a la Babilonia literal, por cuanto la una seguramente arroja luz sobre la otra.....

.....sabemos que el fundador de Babel, o Babilonia, fue Nimrod, de cuyas hazañas impías leemos en el capítulo 10 de Génesis. El fue el gran apóstata de la era patriarcal...persuadió a sus asociados y seguidores para que se unieran en la edificación de una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo....que fuere reconocida como un templo o centro de reunión para aquellos que no andaban en obediencia a la palabra del Señor... llamaron su ciudad y su torre Babel, puerta de Dios; pero pronto, este nombre fue cambiado por el de un juicio divino para Babel: Confusión. Llevó el sello de la irrealidad del primer nombre, por cuanto se nos dice que tenían el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla. 
La limitación de lo que es real y verdadero ha caracterizado desde entonces a Babilonia, en todas las edades.

Nimrod, o Nimrod-bar-Cus... fue un nieto de Cam, el hijo indigno de Noé... Noé había llevado consigo a través del diluvio la revelación del Dios verdadero... Cam, por el contrario, parece que fue fácilmente afectado por la apostasía que trajo el diluvio, por cuanto no muestra evidencias de juicio propio... Su nombre significa moreno, oscurecido, o más literalmente, el quemado por el sol. Y el nombre indica el estado del alma del hombre...oscurecida por la luz del cielo... (Cam) engendró un hijo llamado Cus, el negro, y éste llegó a ser padre de Nimrod, el líder apóstata de su generación.  

La erudición antigua viene ahora en nuestra ayuda, y nos dice que la esposa de Nimrod-bar-Cus fue la infame Semíramis I. Ella es considerada como la fundadora de los misterios babilónicos y la primera suma sacerdotisa de la idolatría. De esa manera, Babilonia llegó a ser la fuente de origen de la idolatría, y la madre de todos los sistemas paganos del mundo. La religión de misterios que allí se originó se esparció en varias formas por toda la tierra...y está con nosotros hoy...y tendrá su más completo desarrollo cuando el Espíritu Santo haya partido y la Babilonia del Apocalipsis tenga el poder.     

¡Edificando sobre la primitiva promesa de la Simiente de la mujer que había de venir, Semíramis dio a luz un hijo al cual declaró milagrosamente concebido! y cuando lo presentó al pueblo, su hijo fue aclamado como el libertador prometido.
Este fue Tamuz, contra cuya adoración Ezequiel protestó en los días del cautiverio. De esa manera fue introducido el misterio de la madre y el niño, una forma de idolatría que es más antigua que cualquiera otra que conozca el hombre. Era el esfuerzo de Satanás para engañar a la humanidad con una imitación tan parecida a la verdad de Dios que no pudieran conocer la verdadera Simiente de la mujer, cuando El viniera en el cumplimiento del tiempo...

Desde Babilonia, esta religión de misterios se esparció por todas las naciones circunvencinas...Dondequiera los símbolos eran los mismos, y dondequiera el culto de la madre y el niño llegó a ser el sistema popular; sus cultos se celebraban con las prácticas más repugnantes e inmorales. La imagen de la reina de los cielos, con el niño en sus brazos, se veía por dondequiera, aunque los nombres puedan diferir tanto como difieren las lenguas. Llegó a ser la religión de los misterios de Fenicia, y fue llevada por los fenicios a los confines de la tierra. Astarot y Tamuz, la madre y el niño de estos endurecidos aventureros, se convirtieron en Isis y Horus en Egipto, Afrodita y Eroc en Grecia, Venus y Cupido en Italia, y tuvieron muchos otros nombres en lugares más lejanos. En mil años el culto babilónico había llegado a ser la religión del mundo, que había rechazado la revelación divina.

Eslabonados con este misterio central había innumerables misterios menores...Entre éstos estaban las doctrinas de la purificación del purgatorio después de la muerte; la salvación mediante un sinnúmero de sacramentos tales como la absolución sacerdotal, la aspersión con agua bendita, la ofrenda de tortas a la reina del cielo tal como se menciona en el libro de Jeremías; la consagración de vírgenes a los dioses, lo que era literalmente una prostitución santificada; llanto por Tamuz durante un período de cuarenta días, antes de la gran fiesta Istar, de la que se decía que había recibido a su hijo otra vez de entre los muertos; por cuanto se enseñaba que Tamuz había sido muerto por un jabalí y después devuelto otra vez a la vida. Para él, el huevo era sagrado, y representaba el misterio de su resurrección, aún cuando la siempreviva era su símbolo escogido, y fue establecido en honor a su nacimiento durante el solsticio de invierno, cuando se comía la cabeza de un jabalí en memoria de su conflicto y se quemaba un nochebueno con muchos ritos misteriosos. El signo de la cruz era sagrado para Tamuz, como símbolo del principio de dar vida y como la primera letra de su nombre. Es representado en un gran número de los más antiguos altares y templos, y no se originó, como muchos lo suponen, con el cristianismo.  

El patriarca Abraham fue apartado por llamamiento divino de esta religión de misterios; y con este mismo culto maligno la nación que provino de él estuvo en constante conflicto, hasta que en el tiempo de Jezabel, una princesa fenicia, fue injertado a lo que había quedado de la religión de Israel en el reino del norte, en los días de Acab, y esto al fin fue la causa de su cautiverio. Judá se contaminó con él, por cuanto el culto de Baal era precisamente la forma cananea de los misterios babilónicos, y sólo enviando al pueblo a cautiverio en la Babilonia quedó curado de su inclinación a la idolatría. Baal era el dios del Sol, el dador de la vida, idéntico a Tamuz.

...Aunque Babilonia como ciudad hacía mucho tiempo se había olvidado, sus misterios no murieron con ella. Cuando la ciudad y sus templos fueron destruidos, el sumo sacerdote huyó con una compañía de iniciados, con sus vasos sagrados e imágenes a Pérgamo, donde el símbolo de la serpiente se estableció como emblema de la sabiduría escondida. De allí cruzaron después el mar y emigraron a Italia...Allí el antiguo culto se propagó con el nombre de misterios etruscos, y posteriormente Roma se convirtió en el cuartel general del culto babilónico. Los sacerdotes principales usaban mitras en forma de cabeza de pescado, en honor a Dagón, el dios pez, el señor de la vida- otra forma del misterio de Tamuz, como se desarrollo entre los antiguos enemigos de Israel, los filisteos.
El sumo sacerdote se adjudicó el título Pontifex Maximus, y esto se imprimía en su mitra. ¡Cuando Julio César (quien, como todos los jóvenes romanos de buena familia, fue un iniciado) llegó a ser el jefe del Estado, fue electo Pontifex Maximum, y este título fue sustentado desde allí en adelante por todos los emperadores romanos hasta Constantino el Grande, que fue, al mismo tiempo, cabeza de la iglesia y sumo sacerdote de los paganos! El título fue conferido posteriormente a los obispos de Roma, y lo lleva el papa hoy, quien así resulta ser, no el sucesor del apóstol pescador Pedro, sino el sucesor directo del sumo sacerdote de los misterios babilónicos, y el siervo del dios pez Dagón, por quien él usa, como sus predecesores idólatras, el anillo del pescador. 

Durante los primeros siglos de la historia de la iglesia, el misterio de la iniquidad había obrado con asombrosos efectos, y las prácticas y enseñanzas babilónicas habían sido tan grandemente absorbidas por la que llevaba el nombre de Iglesia de Cristo, que la verdad de las Sagradas Escrituras, en muchos puntos, había sido completamente oscurecida, mientras que las prácticas idólatras se imponían a las gentes como sacramentos cristianos, y las filosofías paganas tomaron el lugar de la enseñanza del Evangelio. De esa manera se desarrollo este asombroso sistema que durante mil años dominó a Europa y traficó con los cuerpos y las almas de los hombres, hasta que la gran reforma del siglo XVI proporcionó cierta medida de liberación"....

No es demasiado decir que las falsas doctrinas y prácticas que se encuentran dentro del romanismo son directamente atribuíbles a la unión de este paganismo con el cristianismo, cuando Constantino declaró a Roma imperio cristiano. Se concluye así, que la ramera representa a toda la cristiandad profesante unida en un solo sistema, con una cabeza.     

Bibliografía: Eventos del Porvenir por J. Dwight Pentecost.   











lunes, 16 de septiembre de 2013

El juicio de Babilonia

Apocalipsis 17 reseña el juicio de la gran ramera, el sistema religioso apóstata, que exitirá en el período de la tribulación. La Iglesia profesante incrédula llegará hasta el período de la tribulación (Ap.2:22; 3:10) y surgirá un gran sistema religioso, con el nombre de la gran ramera.

Descripción de la ramera.
Juan dio muchos detalles que proporcionan una descripción de este sistema:
1. El sistema tiene las caracteristicas de una ramera (Ap.17:1-2, 15-16). Pretende ser la esposa de Cristo, pero ha caído de su posición pura y se ha convertido en una ramera.
2. El sistema es prominente en asuntos eclesiásticos (Ap.17.2,5). La fornicación espiritual, en la Escritura, significa la adherencia a un sistema falso.
3. El sistema es prominente en asuntos políticos (Ap.17:3). Se ve que controla a la bestia sobre la cual se sienta .
4. El sistema llega a ser muy rico e influyente (Ap.17:4).
5. Este sistema representa una fase del desarrollo de la cristiandad que jamás había sido revelada (Ap.17:5), por cuanto su nombre es un "misterio".
6. Dicho sistema ha sido el gran perseguidor de los santos (Ap.17:6).
7. El sistema es de alcance mundial (Ap.17:15).
8. Tal sistema será destruido por la bestia, que será la cabeza de la coalición romana, para que su supremacía no sea amenazada,
(Ap.17:16-17).

Bibliografía: Eventos del Porvenir por J. Dwight Pentecost

El anuncio de paz y seguridad

El anuncio de "paz y seguridad" es señal de 
que el arrebatamiento de la Iglesia de Cristo será muy pronto. 

Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. 

En 1Tesalonicenses 5:3, Pablo le dice a la Iglesia de Tesalónica que el Día del Señor vendrá después del anuncio de "paz y seguridad". Esta falsa seguridad hará caer a muchos en un estado de letargo en relación con el Día del Señor, de manera que ese día vendría como ladrón. Este anuncio que ha producido el letargo precede al Día del Señor. 

Si la Iglesia estuviera en la septuagésima semana, no habría ninguna posibilidad de que tal mensaje pudiera predicarse y encontrar aceptación, durante ese período en que los creyentes serán perseguidos por la bestia hasta un punto sin precedentes, para que los hombres se adormezcan en la complacencia. Toda las señales indican el hecho de que no estarán en el tiempo de "paz y seguridad". El hecho de que el derramamiento de la ira, el juicio y las tinieblas es precedido por el anuncio de tal mensaje, indica que la Iglesia tiene que ser arrebatada antes de que ese período pueda comenzar.  

Bibliografía: Eventos del Porvenir por J. Dwight Pentecocost

viernes, 13 de septiembre de 2013

Profecía según la Biblia acerca de "Paz y Seguridad", (1Ts.5:3)

"Que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán".
 (1Ts.5:3)

"Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. 
Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche;que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no
escaparán.

Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. 
Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. 
Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios". Amén.


Profecía según la Biblia, (1Ts.5:3) sobre la "PAZ Y SEGURIDAD".
Bibliografía: La Biblia

lunes, 9 de septiembre de 2013

Profecía sobre Damasco, (Is.17:1-14)

1. Profecía sobre Damasco. He aquí que Damasco dejará de ser ciudad, y será montón de ruinas. 
2. Las ciudades de Aroer están desamparadas, en majadas se convertirán; dormirán allí, y no habrá quien los espante. 

3. Y cesará el socorro de Efraín, y el reino de Damasco; y lo que quede de Siria será como la gloria de los hijos de Israel, dice Jehová de los ejércitos.
4. En aquel tiempo la gloria de Jacob se atenuará, y se enflaquecerá la grosura de su carne. 
5. Y será como cuando el segador recoge la mies, y con su brazo siega las espigas; será también como el que recoge espigas en el valle de Refaim. 
6. Y quedarán en él rebuscos, como cuando sacuden el olivo; dos o tres frutos en la punta de la rama, cuatro o cinco en sus ramas más fructíferas, dice Jehová Dios de Israel. 
7. En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel. 
8. Y no mirará a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a lo que hicieron sus dedos, ni a los símbolos de Asera, ni a las imágenes del sol. 

9. En aquel día sus ciudades fortificadas serán como los frutos que quedan en los renuevos y en las ramas, los cuales fueron dejados a causa de los hijos de Israel; y habrá desolación. 
10. Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y no te acordaste de la roca de tu refugio; por tanto, sembrarás plantas hermosas, y plantarás sarmiento extraño. 
11. El día que las plantes, las harás crecer, y harás que su simiente brote de mañana; pero la cosecha será arrebatada en el día de la angustia, y del dolor desesperado. 


12. ¡Ay! multitud de muchos pueblos que harán ruido como estruendo del mar, y murmullo de naciones que harán alboroto como bramido de muchas aguas. 

13. Los pueblos harán estrépito como de ruido de muchas aguas; pero Dios los reprenderá, y huirán lejos; serán ahuyentados como el tamo de los montes delante del viento, y como el polvo delante del torbellino. 
14. Al tiempo de la tarde, he aquí la turbación, pero antes de la mañana el enemigo ya no existe. Esta es la parte de los que nos aplastan, y la suerte de los que nos saquean.

Bibliografía: La Biblia

miércoles, 21 de agosto de 2013

Dios tiene un futuro rebosante de bendiciones para Israel en el milenio.

Dios tiene un futuro lleno de bendiciones para Israel. Después que suceda la manifestación gloriosa de Cristo (Segunda venida de Jesucristo), Israel y Jerusalén se convertirán el centro de toda la actividad mundial (Is.65:18-23), el cual será muy importante la adoración de Jesucristo en el templo milenial (Jer.33:15-22; Ez.40-48; Zac.14:16-21).  
Durante el milenio Israel ejercerá un rol muy importante, porque en este tiempo tendrá lugar su restauración, como esta escrito en la Biblia (Ez.37:21-22).

La restauración final de Israel

1. La regeneración de Israel ocurre durante la tribulación exactamente antes de la segunda venida de Cristo. La base de la regeneración es el nuevo pacto (Jer.31:31-34). Esta regeneración constará de la confesión del pecado nacional de Israel (Jer.3:11-18; Os.5:15) y un ruego por el regreso del Mesías (Zac.12:10; Mt.23:37-39). Las palabras de la confesión de Israel se encuentran en Is.53:1-9. A consecuencia de esta confesión, Israel será salvo como nación, en cumplimiento de la profecía de Ro.11:25-27. La petición de Israel por el retorno del Mesías se profetiza en Is.64:1-12; Jl.2:28-32; y Zac.12:10-13:9. La presente incredulidad de la nación de Israel no es permanente, y la futura aceptación de Jesucristo como Mesías por parte de Israel se cumplirá plenamente en el milenio.

2. La reunión nacional de Israel desde todas partes del mundo tiene lugar después de la regeneración. La base para el recogimiento es el pacto de la tierra de Dt.29:1-30:20, especialmente el cap.30, y se profetiza en otros pasajes (Is.11:11-12:6; Jer.16:14-15; Ez.11:14-18; Ez.36:24; Am.9:14-15; Sof.3:18-20; Zac.10:8-12). La reunión será total y permanente. Nunca más el pueblo escogido de Dios será perseguido ni dispersado. Los errores de la historia serán rectificados.

3. También tendrá lugar durante el milenio la posesión permanente de toda la tierra prometida a Abraham así como también el logro de la completa productividad de la tierra. La promesa de esta posesión y productividad se halla en el pacto Abrahámico de Gn.12:1-3; 13:14-17. Tras la regeneración de Israel, todas las promesas de este pacto se cumplirán (comp.Is.27:12-13; Jer.3:1-6; Ez.20:42-44; Jl.2:18-27; Mt.24:31). Por primera vez en la larga historia de Israel habrá paz, seguridad y productividad permanente en toda la tierra.

4. Jesucristo, el Hijo de David y Rey de reyes ocupará de nuevo el trono de David. La promesa sobre este acontecimiento se halla en el pacto Davídico de 2S.7:11-16 y 1Cr.17:10-14. Este pacto con David prometió un reino eterno, un trono eterno y un gobernante eterno. Todo esto se cristalizará en el milenio, con Jesucristo que reinará en Israel sobre un pueblo redimido (Is.9:6-7; Jer.23:5-6; Jer.33:17-26; Am.9:11-12; Lc.1:32-33). El reinado de Cristo desde el trono davídico se extenderá tanto a las naciones gentiles como a Israel, y todo el mundo sabrá que Jesucristo es el Señor.


Fuente: Biblia de Estudio de Profecía por Tim LaHaye

viernes, 2 de agosto de 2013

Reinado justo del Mesías, (Is.11:1-16)


1. Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces.
2. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. 
3. Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos.   
4. Sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.
5. Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.  6. Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará.
7. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja.
8. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora.
9. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.
10. Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa.
11. Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar.
12. Y levantará pendón a las naciones, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra.
13. Y se disipará la envidia de Efraín, y los enemigos de Judá serán destruidos. Efraín no tendrá envidia de Judá, ni Judá afligirá a Efraín.
14. Sino que volarán sobre los hombros de los filisteos al occidente, saquearán también a los de oriente; Edom y Moab les servirán, y los hijos de Amón los obedecerán.
15. Y secará Jehová la lengua del mar de Egipto; y levantará su mano con el poder de su espíritu sobre el río, y lo herirá en sus siete brazos, y hará que pasen por él con sandalias.
16. Y habrá camino para el remanente de su pueblo, el que quedó de Asiria, de la manera que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra de Egipto.



Bibliografía: La Biblia, edición Reina Valera 1960.

domingo, 21 de julio de 2013

El futuro Imperio Romano

Este reino de la bestia es el mayor y último opresor de Israel
Los profetas del Antiguo Testamento vieron seis imperios que, bajo el control de Satanás, oprimían a Israel, el pueblo escogido de Dios. Dos de estos imperios fueron anteriores al tiempo de Daniel: Egipto y Asiria (ver Is.10:14; 27:13; 52:4).

En sus visiones, Daniel vio cuatro imperios opresivos adicionales. En Dn.8 el segundo y tercero de estos imperios se identifican como Medo-Persia y el imperio griego, establecido bajo Alejandro Magno. Debido a que Daniel identifica el primer imperio como la Babilonia de Nabucodonosor en Dn.2:38, no cabe duda de que el cuarto imperio es Roma. Daniel pudo saber esto sólo a través de una revelación sobrenatural, pues la conquista de Jerusalén por parte de Roma (63 a.C) tuvo lugar mucho después de esta profecía. 


Sin embargo, el libro de Apocalipsis en el Nuevo Testamento añade otros dos imperios opresivos para llegar a un total de ocho. El apóstol Juan, que escribió alrededor del año 90 d.C., vio la bestia con siete “cabezas” (Ap.12:3; 13:1; 17:3,9). Estas “cabezas” o “montes” (o imperios) se representan como siete reyes sucesivos (Ap.17:10), cinco de los cuales (Egipto, Asiria, Babilonia, Medo-Persa y Grecia) ya habían “caído” en los días de Juan. El ángel que interpretaba explicó entonces que un imperio permanecía (Ap.17:10). Este sería el número seis, el gran imperio Romano de los tiempos neotestamentarios.

Sin embargo, llama la atención que el séptimo y último de estos reyes “aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo” (Ap.17:10). Este será el renacido Imperio Romano, la fase final de la gran imagen de Dn.2 (los diez dedos) y de la bestia de Dn.7 (Los diez cuernos y el “cuerno pequeño” que salía “entre ellos” Dn.7:8).

Apocalipsis 17:8 dice que esta bestia con siete cabezas de pronto “no es” (comp. Ap.17:11). La bestia entonces reaparece como “el octavo” imperio, aunque de hecho es “de entre los siete”. Es evidente que el ángel da por sentado que Juan recordaba que el rey-bestia de una u otra manera iba a ser muerto en medio de su carrera demoníaca, descendería al “abismo”, saldría del abismo (Ap.11:7) y regresaría a la vida mortal (Ap.13:3,12,14) para iniciar su dominio mundial de 42 meses. Este reino de la bestia es el mayor y último opresor de Israel.  


Daniel predijo el comienzo de este dominio de 42 meses en Dn.7:25 (notar el contraste con la primera fase de la actividad del “cuerpo pequeño” en 7:24), y en Dn.9:27 (tras la ruptura del pacto de siete años) y en Dn.11:36-39 (el dominio mundial del rey que “hará su voluntad”). El Señor Jesús describió esta parte final de los siete años de la tribulación llamándola “la gran tribulación” (Mt.24:21,29) que seguiría a la instauración de la abominación desoladora (Mt.24:15) “de que habló el profeta Daniel” (comp. Dn.9:27; 12:11).

Creo que en Daniel encontramos la explicación de la primera muerte del último rey-bestia como consecuencia de “la herida de espada” (Ap.13:14). Mientras el rey del norte pasa por “la tierra gloriosa” (Dn.11:4) en su camino hacía el nordeste de África, aparentemente mata a la bestia. El Señor entonces destruye al rey del norte con fuego del cielo (comp. Ez.38:22) cuando este intenta matar a la bestia que se ha levantado de la muerte y vuelve a la vida (Dn.11:45). Esto deja al rey-bestia como el octavo y último opresor de Israel, sin que haya más amenazas de los reinos terrenales (Ap.13:4,13).


Bibliografía: Biblia de Estudio de profecía por Tim LaHaye, articulo “El futuro Imperio Romano" por John C. Whitcomb.

sábado, 6 de julio de 2013

El infierno

El infierno es el término bíblico para designar el lugar donde se hallan los que están perdidos eternamente. Las dos palabras griegas que se usan para identificar “el infierno” en el Nuevo Testamento son Hades y Gehenna. El lugar de residencia temporal es el Hades, mientras que Gehenna se refiere a la “penitenciaria” final de las almas perdidas. El lago de fuego es sinónimo de Gehenna, que difiere del Hades pues el primero es un lugar donde hay diferentes niveles de sufrimiento. Por tanto, el infierno definitivo diferirá según las acciones de maldad de la persona y la cantidad de veces que ha rechazado a Cristo (Ro.2:5; Mt.11:23-24; Mt.23:14). 

El Hades era el lugar donde iban las almas y los espíritus de todos los seres humanos hasta que Cristo murió en la cruz. El Seol (en el Antiguo Testamento) y el Hades (en el Nuevo Testamento) son el mismo lugar. En el Seol o Hades había dos sectores: uno para los malvados y otro para los justos, uno de sufrimiento y otro de consuelo. El área de consuelo se conoce como paraíso o “seno de Abraham” (Lc.16:22-23). El ladrón que se arrepintió en la cruz fue al paraíso, tal como Cristo lo prometió (Lc.23:43). Ahí fue Jesús al morir (Ef.4:8-10), y desde allí liberó y transportó al “tercer cielo” de (2Co.12:2) a todos los justos que habían muerto. Así pues, el lugar de consuelo del Hades (el paraíso) ha sido desocupado por Aquel que tiene las llaves de la muerte y del infierno (Ap.20:13).

Por supuesto, el sector de sufrimiento del Hades aún está lleno de impíos, y su población seguirá aumentando con los impenitentes no regenerados que mueren cada día. Ellos se han unido al hombre rico de (Lc.16:23) y no saldrán de allí hasta el día del juicio final, en que se encontrarán con Cristo y serán transferidos a la prisión final de las almas perdidas, en el Gehenna (Ap.20:13-14). Cristo describe el Hades once veces en el Nuevo Testamento (Mt.11:23; Mt.16:18; Lc.10:15; Lc.16:22-23; Hch.2:27,31; Ap.1:18; Ap.6:8; Ap.20:13-14).

La palabra griega “Gehenna” se repite doce veces en el Nuevo Testamento. Toma su nombre del “valle del Hinnom”, lugar donde el rey Acaz introdujo el sacrificio de niños al dios Moloc (1R.11:7). Este lugar llegó a ser tan detestable que se usaba como basural y ardía continuamente. Por lo tanto, Gehenna equivale a “lago de fuego”. En los siguientes pasajes bíblicos, Cristo se refiere al Gehenna, traducido “infierno” o “lago de fuego”: (Mt.5:22,29-30; Mt.10:28; Mt.18:9; Mt.23.15,33; Mr.9:43-47).

El lago de fuego, o Gehenna, es el lugar definitivo de castigo y tormento para aquellos que rechazan a Cristo (Ap.19:20; Ap.20:10,14-15). Los consignados a ese lugar son aquellos cuyos nombres no se hallan en el libro de la vida (Ap.20:15), incluyendo a los adoradores del anticristo y del falso profeta (Ap.19:20), el diablo (Ap.20:10; Mt.24:42), y los ángeles del diablo (Mt.25:41; Ap.19:20; Ap.20:10). Todos estarán separados de Dios para siempre (2Ts.1:9).

El lago de fuego se describe en las Escrituras como un lugar donde “el gusano de ellos no muere” (Mr.9:44), un lugar de “las tinieblas de afuera” (Mt.8:12), un lugar de “fuego eterno” (Mt.18:8), donde “el humo de su tormento sube” (Ap.14:11), y donde ocurre la “segunda muerte” (la eterna separación de Dios) en el lago que arde con fuego y azufre” (Ap.20:14; Ap.21:8).


Bibliografía: Biblia de Estudio de Profecía por Tim LaHaye. Artículo: “El infierno” por Jack Van Impe.

martes, 2 de julio de 2013

“El verdadero poder detrás del anticristo es el mismo Satanás”

   
 La Biblia presenta con claridad la venida de un líder mundial que negociará un tratado de paz con Israel en los postreros días. Irónicamente, el término “anticristo” aparece sólo en (1Jn.2:18-22; 4:3 y 2Jn.7). El apóstol Juan indica que el anticristo de la era apocalíptica vendrá en el futuro, pero también añade que muchos “anticristo” (falsos maestros) ya han venido. En un sentido amplio, el “espíritu del anticristo” ya está obrando en el mundo y lo ha estado haciendo desde el principio (1Jn.4:3). Este es el espíritu anticristiano que se opone a toda verdad sobre Jesucristo. Sin embargo, desde el comienzo de la era cristiana, los creyentes estaban convencidos de que se presentaría en el escenario mundial un líder que sería la encarnación de Satanás (Ap.12-13). Por tanto, el verdadero poder detrás del anticristo es el mismo Satanás.

     La persona a quien comúnmente nos referimos como el anticristo se conoce con varios nombres y títulos a través de la Biblia, y cada uno proporciona una vislumbre de las múltiples facetas de su nombre y carácter diabólico: “la bestia” (ap.13:1), el “hombre de pecado” (2Ts.2:3), “el inicuo” (2Ts.2:8), un “rey altivo” (Dn.8:23), el “príncipe que ha de venir” (Dn.9.26), el “hombre despreciable” (Dn.11:21), y “el rey que hará su voluntad”(Dn.11:36).

    Muchos se a escrito sobre el prefijo “anti” con relación al anticristo. Puede significar “contra” (opuesto)
o “en lugar de”. Lo más recomendable es comprender que él está en contra de Cristo y que muy bien se puede hacer pasar por un “falso” Cristo. Su gobierno forjará una alianza con las potencias gentiles y será parte de los “tiempos de los gentiles” (Lc.21:24).

     El anticristo será el líder humano más sorprendente que el mundo haya conocido. Será la personificación del genio y el poder humano y será experto en engaños, dotado con el poder del “padre de las mentiras” (Dn.11:21). Prometerá paz, pero arrastrará al mundo a la guerra.

   Cuando llegue al poder, al menos diez factores identificaran al anticristo. Solamente una persona en la historia cumplirá cada uno de estos requisitos. Hubo muchos prototipos, pero habrá solo un anticristo.

1. Llegará al poder en los últimos días (Dn.8:19-23).
2. No aparecerá en la escena mundial hasta después del arrebatamiento (2Ts.2:3-8).
3. Gobernará todo el mundo (Ap.13:7).
4. Gobernará por acuerdo internacional (Ap.17:12-13).
5. Gobernará por medio del engaño (Dn.8:24-25).
6. Será inteligente y persuasivo (Dn.7:20).
7. Controlará la economía mundial (Ap.13:11-17).
8. Su colaborador será el falso profeta (Ap.13:11-18).
9. Hará un pacto de paz con Israel y lo romperá (Dn.9:26-27).
10. Alegará ser Dios (2Ts.2:4).

     Hay muchos otros detalles en la Biblia con respecto al anticristo. No resulta claro si será judío o gentil. Lo que si es evidente, es que controlará el último y gran baluarte del poder mundial gentil, y extenderá su control sobre el mundo entero, prometiendo asegurar la paz mundial a través de una serie de tratados, acuerdos y alianzas internacionales. A pesar de sus promesas de paz mundial, sumergirá al mundo en la guerra más catastrófica de todos los tiempos.

Bibliografía: Biblia de Estudio de Profecía por Tim LaHaye.


El anticristo






lunes, 1 de julio de 2013

Señales antes del fin, (Mt.24:6-8)


La Biblia dice en el libro de (Mt.24:6-8) "Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores". 

sábado, 29 de junio de 2013

Los tiempos de los gentiles

El conocimiento de las Sagradas Escrituras hace que comprendamos la vida; el conocimiento de la historia nos puede dar una creciente apreciación por la Palabra de Dios. Para ayudarnos a entender las cosas, Dios divide la historia en diferentes eras. Una de ellas se llama “los tiempos de los gentiles” (Lc.21:24), período en el cual el liderazgo de las naciones no está más en manos de Israel sino en manos de imperios gentiles. Este período comenzó con la cautividad de Judá bajo Nabucodonosor, rey de Babilonia (2Co.36:21). Desde entonces, el mundo ha estado “hollado por los gentiles” (Lc.21:24) y continuará así hasta que Cristo regrese a buscar a la Iglesia.

Esta era de los gentiles se ha caracterizado por muchos eventos: 1) el surgimiento de una potencia y un control mundial gentil (Lc.21:24); 2) la desaparición de Israel como potencia mundial (Mt.21:18-20); 3) el surgimiento de la Iglesia (Ef.1:20-23); 4) la renovación o el renacimiento de Israel (Mt.24:2); 5) la declaración de la futilidad de la adoración en el templo (Mt.24:2); 6) Cristo llama a Israel “ovejas perdidas” (Mt.15:24), y 7) el intento de dominación mundial por parte de una potencia gentil bajo el liderazgo del anticristo.

La Biblia indica que la fuerza masiva del poder mundial gentil será destruida. El mundo comercial, que tendrá como centro la ciudad de Babilonia, tendrá control por un tiempo limitado. Las Escrituras anuncian la devastación del comercio y la moneda mundial (Ap.18:2-3,9).

Al considerar las condiciones que caracterizan los tiempos de los gentiles, llegamos a la conclusión de que el hombre sin Dios, no importa cuáles sean sus capacidades, no puede triunfar. El resultado de la mera actividad humana, aunque sea admirable, será fracaso, pérdidas y devastación final. Por mucho tiempo el mundo se ha jactado de no necesitar a Dios; ha confiado en su propia capacidad para gobernar teniendo como simple guía la sabiduría humana. Durante los tiempos de los gentiles, el mundo creerá en muchas religiones, en muchas filosofías, y establecerá muchas metas. Estas podrán ser espectaculares por algún tiempo, pero al final no llegará a nada. Por tanto, hacemos bien, en llegar a la conclusión de que la cultura puede mejorarse solo por la intervención divina. Solo Cristo, al regresar con poder y gran gloria, podrá hacer de la sociedad algo útil y provechoso. Dicha sociedad, como claramente enseñan las Escrituras, puede existir solo si se transforma la naturaleza humana. El mundo es pecaminoso y durante los tiempos de los gentiles, está controlado por la raza humana caída. Esta, por la abundancia del pecado, ha perdido su condición espiritual está “destruida de la gloria de Dios” (Ro.3:23). Por lo tanto, el hombre no puede confiar en la “humanidad”; debe edificar su vida sobre un único fundamento: la fe en Jesucristo, el eterno Hijo de Dios.

La condición final de la riqueza, los valores que tiene el mundo, está resumida en la Palabra de Dios (Ap.18:14-15). En el cuadro de la revelación, los tiempos de los gentiles son temporalmente magníficos pero moralmente ciegos. Lo que los incrédulos pueden hacer en el mundo podrá ser atractivo por el momento, pero al final será completamente consumido por el fuego devastador del cielo. Debemos comprender que, sin Dios, lo único que pueden producir los judíos y los gentiles es destrucción. Se nos insta a estar consciente de ese programa del mundo, los tiempos de los gentiles, pero sin llegar a la cooperación.


Bibliografía: Biblia de Estudio de Profecía por Tim LaHaye, Reina Valera 1960. Artículo por David W.  Breese.   

La manifestación gloriosa de Cristo

La transfiguración de Jesús (Mt.17:1-8; Mr.9:1-8) fue una revelación anticipada y en miniatura a tres de los apóstoles de la gloria propia de Jesús (He.10:20) que se mostrará al mundo en su segunda venida. Ésta se anunciará con la aparición de “la señal del Hijo del Hombre en el cielo” (Mt.24:30). De esta manera, en la transfiguración estos tres apóstoles recibieron una revelación en cuanto a quien es realmente esta Persona (Mt.12:24).

En su ascensión, se eliminó el velo y el Hijo apareció gloriosamente (Hch.7:55-56). Nunca más esa gloria volverá a estar cubierta. Cuando Él regrese a esta tierra para afirmar sus pies en el Monte de los Olivos (Zac.14:4), todos los que habiten en ella “verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria” (Mt.24:30; Ap.19:11-16).

Cuando el Hijo regrese en gloria (Ap.1:13-16) estará cumpliendo la tarea de Juez que Dios le asignó (Juan 5:27). Apocalipsis lo presenta cumpliendo esta función a lo largo de todo el libro. Cristo es quien desata una serie de juicios (Ap.5:5) que se describen cuando se van abriendo los sellos (Ap.6:1-17) y van sonando las trompetas (Ap.8:2-9:21). La séptima trompeta es realmente el segundo advenimiento del Juez a la tierra (Ap.11:15). La forma de juicio asociada con su advenimiento se revela cuando se vacían las copas de ira (Ap.16:1-21). Se reivindica su derecho divino de juzgar (Juan 5:27): En su segunda venida juntará para juicio a los israelitas que vivan (Mt.24:31; 25:1-30) y juzgará a todos los gentiles vivos para determinar quiénes entrarán en el reino del pacto. Su gloria divina se revelará a través de sus juicios.

En su segunda venida Cristo también cumplirá su papel de Salvador o libertador (Ro.11:26-27). Debido a la iniquidad y a la idolatría, Israel fue entregada en manos de los gentiles opresores que regirán hasta que se cumpla “los tiempos de los gentiles” (Lc.21:24). La gloria del Hijo lo revelará como el Salvador, y la nación de Israel mirará con fe a Aquel que rechazaron y le dará la gloria que Él merece (Zac.12:10).

Cristo regresa por segunda vez para cumplir la tarea del Rey asignada por Dios Padre en la ascensión (Sal.2:6-7; 110:1). Juan, su precursor, presentó a Jesús en esa función (Mt.3:2) y Él reclamó para sí ese derecho (Mt.4:17). Cuando las multitudes fueron testigos de un asombroso milagro, reconocieron que Cristo era el Mesías, el hijo de David (Mt.12:23). En la segunda venida Jesús aparece como el “Rey de reyes y Señor de señores”, (Ap.19:16). Su gloria se revelará a lo largo de los mil años de su reinado aquí en la tierra (Ap.20:2-3) como “hijo” de David en el reino de David, según el pacto de Dios con Israel (2S.7:16; Sal.89:3-4).

Los creyentes, quienes no fueron arrebatados por nuestro Señor Jesucristo desde las nubes esperarán, la gloria que se revelará en la segunda venida de Cristo (Ti.2.13) porque ellos la compartirán. Esta esperanza es una fuente de bendición mientras ellos esperan la revelación de su gloria como Juez, su gloria como libertador y su gloria como Rey.

Bibliografía: Biblia de Estudio de Profecía, Reina-Valera 1960 por Tim LaHaye, artículo “La manifestación gloriosa de Cristo” por J. Dwight Pentecost.


jueves, 27 de junio de 2013

Las 70 semanas según la Biblia

La Biblia dice: "Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos", (Dn.9:24). 

El fin del período de "sesenta y dos semanas" (434 años) sumado a las siete "semanas" (49 años) que ya habían pasado durante la restauración de Jerusalén, hacen una total de 69 "semanas" (483 años). Este período de 483 años concluyó cuando al Mesías se le quitó la vida, una clara profecía del día que Jesús fue crucificado. Solo un Dios sobrenatural podría hacer una predicción tan precisa de la crucifixión de Cristo. 


La frase "un príncipe que ha de venir", no se refiere al Mesías, sino que es una clara referencia a un "príncipe" o gobernante futuro que entrará en escena durante la "semana setenta" de Daniel. Daniel 8:23 se refiere a este "príncipe" diciendo que es "un rey altivo de rostro"; el apóstol Pablo lo llama "el hombre de pecado" y "el hijo de perdición" (2Ts.2:1-8). Juan lo lama "el anticristo" (1Jn.2:18). El v.26 también incluye una pista definitiva para determinar la nacionalidad del anticristo ya que dice que será de "el pueblo ....que...destruirá la ciudad y el santuario". Muchos creen que "el pueblo se refiere a los romanos, quienes destruyeron la ciudad de Jerusalén en el 70 d.C. Esta observación, junto al hecho de que el anticristo gobernará las naciones gentiles del mundo occidental, parece indicar que es de ascendencia europea.

El v.27 del capítulo 9 hace referencia a la frase "Y por otra semana (siete años) confirmará el pacto con muchos", esta importante frase indica que el evento que comienza la "semana setenta" es la firma de un pacto de siete años de duración entre "el príncipe" (anticristo) del pueblo que destruyó la ciudad de Jerusalén, y los judíos. Este evento aun es futuro. La importancia de este período de siete años se destaca porque la Biblia le asigna más espacio a la tribulación que a cualquier otro período comparable. Jesús lo describe en el discurso del Monte de los Olivos (Mt.24-25), el apóstol Pablo en 2Ts.2:1-12 y Juan en Ap.6-19. 



El anticristo romperá su pacto con Israel y profanará el templo. "A mitad de la semana" indica que esto ocurrirá en el punto medio de la tribulación, es decir, después de solo tres años y medio. Jesús llama a esta profanación "la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel" (Mt.24:15). 

Al final de la "semana setenta", vendrá la "consumación"; es decir, que Cristo regresará en poder para gobernar este mundo como rey (comp. Dn.2:35,45).          


Bibliografía: Biblia de Estudio de Profecía, Reina-Valera 1960, por Tim LaHaye.

miércoles, 26 de junio de 2013

El reino milenial

La Biblia enseña que Jesús regresará a esta tierra. En Hechos 1:11, mientras los discípulos observaban, Jesús ascendió al cielo, y los dos hombres con vestidos blancos que estaban juntos a ellos les dijeron: "Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”. En San Mateo 24:30 leemos: “y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”. Apocalipsis 1:7 declara: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron”. Zacarías, hablando en nombre del Señor, dice: “Y mirarán a mí, a quien traspasaron”, (Zac.12:10).

El propósito de la segunda venida de Cristo es establecer el reino de Dios sobre la tierra. En su oración modelo, Jesús les dijo a los discípulos que oraran, diciendo: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Mt.6:10). Durante el milenio, el daño causado por la tribulación será revertido, y Cristo reinará sobre el trono de David (Is.9:6-7; Zac.12:10). En Apocalipsis 5:10 Juan dice: “Y nos ha hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra”. Así pues, cuando Jesús venga a reinar, la Iglesia reinará con Él. Apocalipsis 20:4 nos dice que nuestro reinado en la tierra durará 1000 años.

Apocalipsis 5:9-10 habla del nuevo cántico que la Iglesia entonará en el cielo proclamando que el Cordero es digno de tomar y abrir sus sellos: “porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación, y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre a tierra”.

El reino de Dios no será comida y bebida, “sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo” (Ro.14:17). Es en este tiempo que “morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreara” (Is.11:6). “El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey” (Is.65:25). Este es el tiempo cuando “martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra” (Miq.4:3). Las promesas de Dios para Israel incluían bendiciones tanto terrenales como espirituales. Los discípulos de Cristo, que comprendieron los aspectos terrenales de las bendiciones sobre Israel, le preguntaron a Cristo justo antes de su ascensión cuándo cumpliría las bendiciones terrenales y establecería su reino (Hch.1:6). Ellos todavía ignoraban que esta fase del reino de Cristo no tendría lugar hasta el fin de los tiempos.

Nuestro propósito y comisión hasta que Cristo regrese es trabajar proclamando su evangelio al mundo (Mt.24:14). “Amén; sí, ven (rápidamente), Señor Jesús” (Ap.22:30).


Bibliografía: Biblia de Estudio de Profecía, versión Reina Valera 1960 por Tim LaHaye. Artículo “El reino milenial” por Chuck Smith.

lunes, 24 de junio de 2013

Las setenta semanas de Daniel

“Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos”. (Dn.9:24-27).


La profecía de las “setenta semanas” es la principal profecía bíblica sobre los acontecimientos futuros relacionados con la nación de Israel: desde el decreto para reedificar los muros de Jerusalén hasta la primera y la segunda venida del Mesías. Cada “semana” es una unidad de siete años, de esta manera los 70 “sietes” constituyen un total de 490 años. Se predice que ocurrirán seis cosas con relación a los judíos durante esos 49 años:

1.) Terminará su “prevaricación”.

2.) Se pondrá “el final al “pecado” de Israel.

3.) Se expiará “la iniquidad”.

4.) “la justicia perdurable” se hará realidad.

5.) Se sellará la profecía.

6.) Se ungirá al “Santo de los santos”.

Estas seis cosas no se cumplirán en su totalidad hasta que haya pasado los 490 años. Algunos eruditos bíblicos sugieren que las primeras 69 “semanas” (483 años) comenzaron con el decreto emitido y proclamado a Nehemías para reconstruir Jerusalén en 445-444 a.C., y que terminaron durante la semana de la crucifixión de Jesús. Aparentemente hay una brecha en esta profecía entre las semanas 69 y 70. Muchos expertos en profecía creen que dicha brecha corresponde a la Era de la iglesia; por lo tanto, mientras continúe la Era de la Iglesia la “semana setenta de Daniel” seguirá siendo futura. De acuerdo a esta enseñanza, luego que Cristo arrebate a su Iglesia, el reloj del juicio de Dios comenzará a marcar la última “semana” de Daniel. Esta “semana setenta” de Daniel (v.27) es entonces sinónimo de los sietes años de la tribulación.

Daniel 9:26 SE QUITARÁ LA VIDA AL MESÍAS, MÁS NO POR SÍ. El fin del período de “sesenta y dos semanas” (434 años) sumado a las siete “semanas” (49 años) que ya habían pasado durante la restauración de Jerusalén, hace un total de 69 “semanas” (483 años). Este período de 483 años concluyó cuando al Mesías se le quitó la vida, una clara profecía del día que Jesús fue crucificado. Solo un Dios sobrenatural podría hacer una predicción tan precisa de la crucifixión de Cristo.

Daniel 9:26 UN PRINCIPE QUE HA DE VENIR. Esta frase no se refiere al Mesías, sino que es una clara referencia a un “príncipe” o gobernante futuro que entrará en escena durante la “semana setenta” de Daniel. Daniel 8:23 se refiere a este príncipe diciendo que es un “rey altivo de rostro”; el apóstol Pablo lo llama “el hombre de pecado” y “el hijo de perdición” (2Ts.2:1-8). Juan lo llama “el anticristo” (1Jn.2:18). El v.26 también incluye una pista definitiva para determinar la nacionalidad del anticristo ya que dice que será de “el pueblo…..que….destruirá la ciudad y el santuario”. Muchos creen que “el pueblo” se refiere a los romanos, quienes destruyeron la ciudad de Jerusalén en el 70 d.C. Esta observación, junto al hecho de que el anticristo gobernará las naciones gentiles del o mundo occidental, parece indicar que es de ascendencia europea.

Daniel 9:27 Y POR OTRA SEMANA (SIETE AÑOS) CONFIRMARÁ EL PACTO CON MUCHOS. Esta importante frase indica que el evento que comienza la “semana setenta” (semana de años) es la firma de un pacto de siete años de duración entre “el príncipe” (anticristo) del pueblo que destruyó la ciudad de Jerusalén, y los judíos. Este evento aún es futuro. La importancia de este período de siete años se destaca porque la Biblia le asigna más espacio a la tribulación que a cualquier otro período comparable. Jesús lo describe en el discurso del Monte de los Olivos (Mt.24-25), el apóstol Pablo en (2Ts.2:1-12) y Juan en (Ap.6-19).

El anticristo romperá su pacto con Israel y profanará el templo. “A la mitad de la semana indica que esto ocurrirá en el punto medio de la tribulación, es decir después de solo tres años y medio. Jesús llama a esta profanación “la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel” (Mt.24:15). Al final de la “semana setenta”, vendrá la “consumación”; es decir que Cristo regresará en poder para gobernar este mundo como rey (comp.Dn.2:35-45).

  Bibliografía: Biblia de Estudio de Profecía por Tim LaHaye. Reina Valera 1960. 

domingo, 23 de junio de 2013

La inminente venida de Cristo

"El regreso inminente de Cristo debe motivar a los cristianos a vivir como si el arrebatamiento pudiera ocurrir en cualquier momento"

      La definición de la palabra "inminente" es: "que amenaza o está por suceder prontamente" (Diccionario de la Lengua Española, Vigésima segunda edición, Real Academia Española).
Por lo tanto, un suceso inminente siempre está a las puertas y a "la vuelta de la esquina", en el sentido de que podría ocurrir en cualquier momento. Si para que suceda tuviera que pasar algo primero, entonces no es inminente.
       
     Nadie sabe con exactitud cuándo ocurrirá un evento inminente. Por esta razón hay tres cosas ciertas. En primer lugar, nadie puede asegurar que transcurrirá determinada cantidad de tiempo antes que suceda un evento inminente. Es por esto que uno debe estar siempre preparado porque puede ocurrir en cualquier momento. En segundo lugar, no se puede establecer la fecha en que tendrá lugar un evento inminente. Establecer fecha sugiere que el evento no puede darse hasta ese momento, y consecuentemente se destruye el concepto de inminente. Tercero, tampoco es lícito decir que porque un evento es inminente ocurrirá pronto. La Biblia indica que la segunda venida de Cristo era inminente cuando se escribió el Nuevo Testamento. Sin embargo, es obvio que el regreso de Jesús no iba a ser un evento cercano para quienes vivieron en los tiempos apostólicos. 
  
     El concepto del inminente regreso de Cristo puede explicarse de la siguiente manera: Su segunda venida siempre está a las puertas y a "la vuelta de la esquina", en el sentido de que podría ocurrir en cualquier momento. Pueden pasar otras cosas antes de que Cristo regrese, pero en términos bíblicos no hay nada más que deba suceder antes de su venida. Si tuviera que pasar algo más, la segunda venida de Cristo no sería inminente. 

     Como no se sabe exactamente cuándo regresará Jesús, tres cosas son ciertas. Primero, no podemos asegurar que pasará determinada cantidad de tiempo antes que suceda, por lo tanto, debemos estar siempre listos porque puede venir en cualquier momento. Segundo, no es lícito fijar una fecha para el regreso de Cristo. Tercero, no podemos decir que por la sencilla razón de que la segunda venida de Cristo es inminente, sucederá pronto. Puede ocurrir pronto, pero no tiene que ser pronto necesariamente. 

     En la Biblia existe un importante contraste. Se nos habla de un inminente regreso de Cristo, pero también de un regreso que no es inminente: un regreso que no puede darse hasta después de la "gran tribulación" (Mt.24:21,29-30). Este contraste nos lleva a la conclusión de que la Biblia nos habla sobre dos futuras venidas de Cristo: una inminente para arrebatar a la Iglesia y la que no es inminente, para gobernar al mundo luego de la gran tribulación. 

     El concepto bíblico del inminente regreso de Cristo conlleva una sería implicación en cuanto al tiempo de la venida de Jesús para arrebatar a su Iglesia. (Jn.14:2-3; 1Co.15:51-53 y 1Ts.4:16-18).Toda perspectiva que no sea la del arrebatamiento pretibulacional se opone al concepto bíblico del inminente regreso de Cristo.

     La perspectiva del arrebatamiento pretribulacional enseña que Jesús vendrá a arrebatar a su Iglesia antes que empiece la "semana setenta" de Daniel, enseña que nada más tiene que suceder antes de su venida, y que el regreso de Cristo podría ocurrir hoy mismo. Ese regreso inminente debe motivar a los cristianos a vivir como si el arrebatamiento pudiera ocurrir en cualquier momento (1Jn.2:28; 3:2-3)   

Bibliografía: La Biblia de Estudio de Profecía por Tim LaHaye. 
"La inminente venida de Cristo" por Renald Showers